
En una de nuestras reuniones habituales, mientras debatíamos los diferentes temas para nuestros disfraces del próximo carnaval, alguien sugirió una idea que rápidamente encendió nuestra imaginación: el Viejo Oeste. Bastó con mencionar este tema para que en nuestras mentes comenzaran a formarse imágenes de indios, vaqueros, soldados, pistolas, rifles, arcos y flechas. Así, con la emoción y la creatividad en auge, nació lo que cariñosamente llamamos Nuestro FAR GÜEST, una reinterpretación del salvaje oeste que llevó nuestro grupo a otro nivel de detalle y espectacularidad.

El proceso de creación fue tan desafiante como gratificante. Sabíamos que, para captar la esencia del oeste, tendríamos que construir algunos artilugios que representaran los elementos clave de esa época. Nuestro artilugio principal fue un imponente Saloon, la clásica taberna del oeste donde tenían lugar todas las grandes historias de aquella época. Con sus puertas vaivén y su diseño rústico, este saloon sobre ruedas se convirtió en el centro de atención en cada desfile. Pero no nos detuvimos ahí; también construimos un imponente tótem para representar a los indios, junto con un tipi, la tradicional tienda india, que completaba el escenario de los desfiles. La combinación de estos elementos no solo recreaba el ambiente del Viejo Oeste, sino que además aportaba un toque de autenticidad que capturó la atención de todos.


Los disfraces jugaron un papel fundamental en este proyecto. Queríamos que cada personaje fuera lo más realista posible, transportando al público a esa época de indios y vaqueros. Los detalles eran cruciales, desde el diseño de los sombreros y botas de los vaqueros hasta las plumas y pinturas de guerra de los indios. Para lograr este nivel de realismo, nos inspiramos en la historia y el cine, cuidando cada pequeño aspecto para asegurarnos de que todo el conjunto fuera creíble y visualmente impresionante.

Así fue como personajes icónicos comenzaron a tomar forma dentro de nuestro grupo. Entre ellos destacaban Toro Sentado, el gran líder indio, y el Sheriff, con su placa brillante y mirada intimidante. También contamos con las elegantes chicas del Saloon, cuyas faldas de volantes y encajes aportaban un toque de glamour al árido paisaje del oeste. No faltaron personajes típicos como El Enterrador, con su lúgubre aspecto, y El Fotógrafo, siempre listo para capturar los momentos clave de nuestra aventura.
Por supuesto, el cine del oeste fue otra gran fuente de inspiración. Nos aseguramos de incluir personajes emblemáticos como John Wayne y Clint Eastwood, leyendas del género que siempre parecen estar al borde de un duelo a muerte. También nos acompañaron figuras tan legendarias como Calamity Jane y Buffalo Bill, que añadieron autenticidad y dinamismo a nuestro grupo. Y, como no podía ser de otra manera, completamos el elenco con un ejército de indios e indias, cuatreros y soldados que llenaron las calles de acción y emoción. Incluso tuvimos un guiño a la serie «La Casa de la Pradera», añadiendo ese toque familiar al ambiente del lejano oeste.
Uno de los aspectos más emocionantes de este carnaval fue nuestra capacidad para recrear escenas del Viejo Oeste durante los desfiles. Con cada paso que dábamos, el público podía presenciar auténticas batallas entre indios y vaqueros, con duelos a muerte que parecían sacados de las películas clásicas. En las calles del pueblo, las pistolas resonaban y el polvo se levantaba mientras los valientes vaqueros enfrentaban a los indios en una lucha por el territorio. En paralelo, la vida en el poblado indio también cobraba vida, con los tipis y el tótem como telón de fondo de las costumbres y rituales nativos.






Esta puesta en escena no solo fue un espectáculo visual, sino que también nos permitió desplegar nuestras dotes de interpretación, haciendo que cada desfile se sintiera como una auténtica película del oeste en movimiento. La combinación de los trajes, los artilugios y las actuaciones fue tan convincente que nos permitió sumergir al público en una experiencia única.
Como en años anteriores, el esfuerzo y la dedicación de todo el grupo fueron recompensados con varios premios en los desfiles. Cada trofeo que añadimos a nuestro currículum de éxitos nos llenaba de orgullo y satisfacción, ya que sabíamos que habíamos logrado crear algo especial que no solo nos había divertido a nosotros, sino también a todos aquellos que tuvieron la oportunidad de presenciarlo.

Nuestro FAR GÜEST fue, sin duda, una de las aventuras más emocionantes que hemos vivido como grupo. El proceso creativo, el trabajo en equipo y la energía de los desfiles hicieron de este carnaval una experiencia inolvidable. Y, como siempre, al finalizar el carnaval, comenzamos a pensar en el próximo reto, sabiendo que cada año teníamos la oportunidad de superar nuestras propias expectativas y sorprender una vez más al público con nuestra pasión por el carnaval.